Refugio en España: Las duras realidades de mujeres ucranianas desplazadas

septiembre 2, 2024 | by Javier Menasalvas y Jorge Moisidelis

Madre e hijo ucranianos con cartel en apoyo a su país

Han pasado dos años y medio desde el inicio de la guerra en Ucrania, desde entonces han llegado más de 200.000 desplazados ucranianos a nuestro país. Seis de cada 10 desplazados son mujeres. Muchas de ellas llegan con hijos bajo su responsabilidad ya que tres de cada 10 llegados desde Ucrania son menores. Estas mujeres están viviendo con estrés crónico debido al cambio drástico en sus vidas. En Ucrania dejaron su historia, sus costumbres, sus esposos, sus padres, sus empleos, en fin, sus vidas. En este reportaje queremos darles visibilidad. Conozcamos algunas de sus historias.

El inicio de la guerra y el éxodo ucraniano

El 24 de febrero de 2022, cambió para siempre la vida de millones de ucranianos. Según datos de ACNUR, al 31 de agosto de 2024, hay más de seis millones y medio de refugiados ucranianos alrededor del mundo, la mayoría de ellos repartidos en países europeos.

En el caso específico de España, con base en información del Ministerio de Inclusión, han ingresado a nuestro territorio 204.545 ucranianos, desde el 31 de diciembre de 2021 (justo antes del comienzo de la guerra) y hasta el 30 de junio de 2024. Sumados a los 96.595 que se encontraban en España antes de ello, hacen un total de 301.140 ucranianos, de los cuales 207.155 han solicitado Protección Temporal. La razón de que el número sea mayor a los ingresos a partir del inicio de la guerra es porque varios de ellos ya se encontraban en España, pero no pudieron regresar a Ucrania a realizar sus trámites para optar a la residencia.

Las mujeres ucranianas desplazadas son mayoría

Un dato a destacar es que, según información del Ministerio de Inclusión, al 24 de febrero de 2024, seis de cada 10 desplazados ucranianos que llegan a España son mujeres y tres de cada 10 son menores.

 

 

Estas mujeres ucranianas han llegado hasta España con la responsabilidad de su propia vida y, en gran parte de los casos, con la de sus hijos. Llegan solo con lo que traen en una maleta, con la incertidumbre de un lugar desconocido, otro idioma, otra cultura…

Conociendo las dificultades de las mujeres desplazadas de Ucrania a Andorra (Teruel)

Quisimos conocer la historia de algunas de estas mujeres, así que nos trasladamos hasta el pueblo de Andorra, ubicado en Teruel. Allí pudimos conocer a las denominadas ucramañas, un grupo de mujeres ucranianas que llegó a la localidad turolense a causa del estallido de la guerra.

 

Mediante la puesta en contacto con el Centro Público de Educación de Personas Adultas en Andorra (CPEPA) y gracias a la colaboración del director del centro, pudimos conocer desde dentro las instalaciones, así como al personal educativo.

 

A través de Diana Carabias, una de las profesionales de enseñanza del centro, pudimos establecer contacto con una de sus clases conformada por varias mujeres ucranianas. Además de aprender la lengua española, los alumnos y alumnas de Andorra reciben formación en otro tipo de áreas, como por ejemplo competencias digitales, con el objetivo de adquirir habilidades que ayudasen a su integración en el mercado laboral.

 

Diana nos recibió en su aula junto a cuatro mujeres ucranianas, quienes todavía asistían al curso hasta ese momento. De las cuatro mujeres ucranianas, tres de ellas se prestaron a ser entrevistadas, con la excepción de una alumna que no se vio con la suficiente comodidad. Las mujeres se presentaron como Irina, Oksana e Irina.

 

Las entrevistas tuvieron lugar en el misma aula, acompañadas en todo momento de Diana para que hiciese de intermediaria o en caso de que no quedase clara alguna cuestión. Las conversaciones transcurrieron con normalidad, si bien la naturaleza del encuentro resultó algo intimidante en un primer momento tanto para ellas como para nosotros.

 

A partir de las conversaciones, pudimos observar que, aunque con algunas dificultades, todas ellas eran capaces de comunicarse y entendernos, si bien requerían de la ayuda de Diana o de traducciones para encontrar significado en algunas palabras. Al hablar sobre la dificultad del idioma, todas ellas coincidieron en que el español era un idioma muy complicado y que todavía tenían dificultades hablándolo. Si bien Oksana demostró algo más de soltura que el resto, todas ellas se comunicaron sin demasiadas dificultades.

Las ucramañas nos cuentan su actualidad en Andorra

Conociendo a las ucranianas de Andorra (Teruel).

Todas ellas eran mujeres que habían tenido una formación previa en Ucrania, donde habían ejercido diferentes profesiones hasta el comienzo del conflicto.

 

La primera persona con la que hablamos fue Irina, una mujer con estudios de economía y que ha ejercido como contable y auditora fiscal. La segunda fue Oksana, quien posee dos estudios superiores, uno pedagógico y otro económico. A su vez, ha sido profesora de informática, matemática y robótica. Por último hablamos con una tercera mujer también llamada Irina, como la primera de ellas, quien trabajó durante años en la venta de bienes inmuebles, y ejerció de contable y economista en una compañía de seguros.

 

A su llegada a Andorra y hasta el día de hoy, todas han tenido dificultades para encontrar empleo, sin haber tenido suerte a la hora de buscar trabajos que estuviesen relacionados con sus estudios previos. Sin embargo, eso no les ha impedido poder realizar algunos cursos de formación, como por ejemplo en el caso de Oksana, quien mediante ofertas de Endesa, ha asistido ha cursos de montaje de placas solares. Además, posee un diploma apicultura. Oksana también se alegra de que haciendo esos cursos ha podido aprender español más rápido. Por otro lado, muestran interés en las legislaciones y demás normativas españolas en cuanto a su estatus se refiere. Este es el caso de la Irina que entrevistamos por último, quien ha mostrado interés en estudiar las leyes del país, así como los derechos y garantías de los que puede gozar.

Ayudemos a la integración de las mujeres ucranianas en España.

Trastorno por adaptación: un problema de salud mental

Tras conocer un poco de su historia, contactamos a Marina Engelmos, psicóloga madrileña que ha tratado varios casos de mujeres ucranianas llegadas a Madrid a partir de la guerra. Nos explicó lo que estas mujeres están viviendo y sufriendo: “Se llama trastorno por adaptación, es un trastorno común en los inmigrantes, pero, en el caso de las ucranianas está potenciado por su situación particular”.

 

Las personas que emigran de su país de origen suelen vivir un proceso de adaptación al nuevo país. Ese proceso puede ser más o menos difícil dependiendo de la situación de cada persona, no es lo mismo una persona que migra por decisión propia, que una persona que se ve forzada a ello. Existen muchas condicionantes que afectan el proceso de adaptación, pero, de cualquier forma, el migrante vive un proceso de estrés crónico mezclado con duelo, también llamado Síndrome de Ulises en inspiración al héroe de la mitología griega llamado Ulises, que luchó en la guerra de Troya y, lejos de su tierra y sus seres queridos, sufrió adversidades y peligros en soledad y tristeza.

 

El Síndrome de Ulises se alimenta de la separación forzada, el miedo, la lucha por sobrevivir, los problemas de integración al nuevo entorno. En el caso particular de las mujeres ucranianas desplazadas a España, en palabras de la psicóloga: “la dificultad de adaptación se multiplica por su situación. Se vieron forzadas a dejar su país, salir sin nada, dejando a sus parejas”. Adicionalmente, existen condicionantes que incrementan la dificultad en su integración “el idioma, la diferencia cultural, sus raíces, la dificultad para emplearse”. Todo esto las lleva a sufrir en silencio, en soledad, sobre todo por las noches, es entonces cuando atacan con más fuerza los demonios de la tristeza. Añorando su tierra, echando de menos a sus esposos, a sus padres y a todos los seres queridos que tuvieron que dejar en Ucrania. Deseando volver algún día.

 

Vivir con estrés crónico genera ansiedad y depresión, generando serios problemas de salud mental. Por esta razón, Cruz Roja de España lanzó en febrero de este año una campaña bajo el lema “Por la paz interior: la salud mental, el otro conflicto de las personas ucranianas”. Esta campaña tiene como objetivo sensibilizar sobre las profundas heridas psicológicas que afectan a quienes han vivido la crisis en Ucrania.

 

Más allá de los esfuerzos de organizaciones como Cruz Roja, todos nosotros, como sociedad, podemos hacer mucho por ellas, con pequeñas acciones, integrándolas a nuestra comunidad, teniendo compasión, pero no lástima, haciéndolas sentir valientes y valoradas, conversando con ellas, siendo pacientes en el aprendizaje de nuestro idioma, acercándonos con empatía. 

 

Vivir lo que han vivido… lo que siguen viviendo, no es sencillo, sigamos ayudando, ahora desde el lado emocional y mental.

Fotos: Freepiks

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